martes, 26 de enero de 2010

EXPOSICIÓN

2.3.3. Desarrollo morfológico-sintáctico

Cuando a los tres años llegan a la escuela infantil, la mayoría de los niños ya utiliza las estructuras de la lengua de su entorno para transmitir sus propios significados e intenciones. Los pequeños han aprendido cómo los sonidos se corresponden con significados y cómo se estructuran en su lengua materna.

Nuestra lengua dispone del recurso de combinar lexemas con unas marcas mediante las cuales se gramaticalizan una serie de significados, generalmente estables y frecuentes, los morfemas de tal forma que añaden o bien aportan nuevos significados a los lexemas. A esta propiedad combinatoria se la denomina asociabilidad y es la forma que toma el componente morfológico, presente de una manera u otra en la mayoría de las lenguas. En resumen, la morfología incluye maneras muy diversas de lexicalizar y de gramaticalizar los significados.

Los principios morfológicos y sintácticos se configuran de una forma determinada en cada lengua en particular y, en el caso del castellano o español, los estudios que se han ocupado se su proceso de adquisición son escasos y dispersos como para que podamos llegar a conclusiones precisas.


Los inicios de la adquisición del lenguaje se caracterizan en la cantidad de palabras que emiten los niños. Así podemos hablar de tres etapas:

a) Etapa de una palabra o periodo holofrástico. Comienza a los 8-10 meses y dura hasta los 18-24 meses.

¿Qué es HOLOFRASE?: palabra que equivale a una frase.

El lenguaje del niño es escaso:

- Nombres de objetos manipulables: COCHE, PAN
- Palabras que se refieren a personas, familiares y acciones conocidas: MAMA
- Demandas y peticiones: DAME.


A los 12 meses conoce 3 palabras. A los 19 conoce 22.

b) Combinación de palabras o etapa telegráfica: Comienza entre los 18 y 24 meses.

La utiliza para:

- Señalar y nombrar objetos o personas.
- Indicar posesión.
- Formular preguntas.


Entre los 18 y 24 meses aparecen las primeras palabras, las expresan de manera telegráfica, “mamá tonta”, si el niño está contrariado, gradualmente se va añadiendo a la frase otra tercera palabra con significado. Aumento del vocabulario.

De los 36 a los 48 meses llega a formar frases correctas de cuatro a seis palabras, utilizando adjetivos, adverbios, preposiciones y formas de verbo en futuro y en pasado.

Por lo que respecta al orden de las palabras en la frase, el niño no lo aprende inmediatamente. Al principio el orden responde más a intereses afectivos que lógicos. Según se va adquiriendo el dominio de la lengua, el respeto del orden se impone y ya se convierte en costumbre.

c) Proceso de gramaticalización. Su repertorio lingüístico va aumentando, se da cuenta de la existencia de reglas o normas y tiende a aplicarlas a todos los casos, regulariza incluso las formas irregulares de los verbos (“morido” por muerto, “rompido” por roto) A este proceso se llama hipercorreción.

La situación de antes y después de los cuatro años puede describirse de la siguiente forma:

  • Antes de los cuatro años, el proceso se puede sintetizar en:

- Fase de la oración reducida a una sola palabra. Aproximadamente entre 9 y 15 meses.
- Fase de la oración principal con predominio de nombres y ausencia de determinantes, preposiciones, conjunciones y verbos auxiliares hasta 27 meses.
- Oraciones de cuatro a cinco palabras con las mismas características de la anterior. Presencia de algunas oraciones subordinadas.

  • Desde los cuatro años las oraciones presentan normalmente:

- Oraciones completas de 6 a 8 palabras. Adquiere la estructura básica de la lengua
- Los pronombres apareen precedidos de determinantes cuando lo necesita.
- Los verbos vienen complementados por toda la gama de complementos.

Según Aguado (1987), el desarrollo de la síntesis no depende del entrenamiento directo sino de la eficacia con que el niño se enfrenta a las conversaciones y de una mayor motivación para analizarlo.


2.3.4. Desarrollo pragmático

Para que la comunicación sea eficaz no solo basta con la competencia lingüística, sino que es necesario aprender los usos sociales. De esto se ocupa la Pragmática (toma en consideración los factores extralingüísticos: como la intención comunicativa, situación o conocimiento del mundo, etc.).

Los niños participan muy pronto en situaciones interactivas y en “diálogos” con los adultos, antes de que aprendan a hablar. Se van introduciendo en el aprendizaje de los símbolos sociales necesarios para adquirir la competencia comunicativa.
¿Los niños nacen predispuestos para participar en interacciones sociales? ¿Son el llanto y los gritos conductas que preparan a las posteriores habilidades comunicativo-intencionales?

El campo de la pragmática evolutiva apenas ha sido tratado.



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